Un ángel para Crítica

[mayo de 2010] Mi consejo para los colegas que están sin cobrar: consigan un nuevo dueño para el diario.

(Es post es una prueba. Fue publicado originalmente hace diez años en el viejo Hernanii.net.)

Estuve en los últimos días leyendo los posts y viendos los videos de los colegas de Critíca, que han salido a la calle a pedir que les paguen los sueldos atrasados y a intentar que el diario vuelva a salir. La situación es bastante complicada, porque el accionista mayoritario (Antonio Mata, 80%) y su compañero minoritario (el dueño de los laboratorios Richmond) no quieren seguir poniendo plata en un diario que pierde plata y que, según me contaron algunos de los que todavía están en la redacción, todos los fines de mes tiene que pagar 1 (un) millón de pesos en sueldos. Los veía entonces a los representantes de los trabajadores, periodistas y no periodistas, visitando a Nelson Castro, leía la carta que le escribieron a la Presidenta para pedirle una reunión, y pensaba que la solución más fácil era una que apenas estaban mencionando: conseguir un comprador para Crítica.

Los periodistas en general no tenemos mucha guita, pensé, pero siempre o casi siempre conocemos a gente que sí tiene guita o que tiene acceso a gente que tiene guita y que quizás también tiene el berretín de tener un diario propio. Crítica por ahora pierde plata, así que sería un berretín al que habría que financiar, pero eso es lo que han hecho decenas de millonarios en todo el mundo y durante mucho tiempo. “Muchachos”, pensé, a diez mil kilómetros de distancia del teatro de operaciones, “dejen de pedirle favores al Gobierno y búsquenle una vuelta capitalista al asunto”. Me parecía facilísimo. Además, me parecía que Mata estaría dispuesto a sacarse de encima el diario (y sus deudas) por la suma simbólica de $1 (un peso), teniendo en cuenta que, lo digo otra vez, el diario pierde plata, él no quiere poner más plata y la empresa editora está en concurso de acreedores. Encima, el otro día leí que Henry Blodget, un blogger-personaje que ahora dirige un sitio que se llama Business Insider, había ofrecido US$1 (un dólar) por Newsweek, que un par de semanas antes había sido puesta en venta por su dueño, el Washington Post Co. La oferta de Blodget era medio en joda, pero tuvo repercusión porque tocó una fibra: nadie cree que Newsweek vale mucho más que eso. Entonces, pensé: si Newsweek vale un dólar, Crítica bien puede valer un peso.

En Argentina, alas, nada es tan fácil. Escribí mails a la redacción de Crítica, donde todas las noches duermen empleados rotativos para evitar que vengan hombres forzudos por la noche y vacíen lo que queda del diario, y me contestaron:

…no sólo hay que hacerse cargo de una masa salarial cercana a $1M mensual, sino que encima el gallego quiere como u$s7M para irse hecho. Sólo alguno con la venia oficial de que va a haber pauta puede hacerse cargo, a menos que vaya a operar con algún otro candidato que ya mire 2011 con visión estratégica.

Uh. Mata quiere siete palos verdes. Eso ya es más complicado. Una cosa es hacerse cargo de un buque que hace agua pero al que sería divertido arreglar y poner a nuevo y otra cosa es tener que poner plata.

No es lo único deprimente del mail: también es bastante triste volver a comprobar cuán sensible es el resultado económico de los diarios argentinos a la pauta oficial y cuán sensible es la pauta oficial a las decisiones del ser humano a cargo en su escritorio de Gobierno. El comprador de Crítica ya no sólo tiene que tener siete palos líquidos sino que encima necesita una “venia oficial” (tercer piso, ventanilla 125) para que no le amarroquen la publicidad del Estado.

No es menos triste que la única otra opción de posible comprador sea la directamente política y que la única “visión estratégica” sea la de algún candidato a presidente o la de un amigo de un candidato a presidente. Mis amigos kirchneristas me dirán que el periodismo no existe y que uno siempre-siempre trabaja para alguien y que ese alguien (un político, un empresario) siempre tiene intereses. Meh. Yo rezongo, porque soy un sentimental y además porque estoy menos infectado por el materialismo histórico: yo creo que el periodismo sí existe, que hay medios que presionan más y otros que presionan menos y que las únicas redacciones que pueden aspirar a un mínimo de independencia de sus accionistas son las que les hacen ganar dinero. Ser independiente (en el sentido de ser “dependiente” sólo de los caprichos propios, no de la pauta oficial o de la irritación cortoplacista de un accionista dispuesto a transar con cualquiera) es ser autosuficiente.

Ojalá Crítica pueda conseguirlo algún día. En realidad, a esta altura del conflicto, lo único positivo sería que el diario volviera a salir y sus empleados, a cobrar sus sueldos. Con el accionista que sea, incluso con Szpolski o Electroingeniería o Rudy Ulloa: sería un poco un bajón, especialmente para una redacción que había conseguido colarse con ingenio entre las paredes informativas de Clarín y Página/12 y en la que cada periodista parecía escribir lo que tenía ganas. Pero por lo menos sería algo; un mal laburo siempre es mejor que un no laburo.

[ PD. Quería poner una frase de otro email que me mandaron desde la redacción de Crítica, pero no encontré un lugar donde quedara bien así que la enchufo acá abajo, como posdata entre corchetes. Sirve para completar el panorama del mercado publicitario y la dependencia de la pauta oficial, o por lo menos la visión que tienen de Crítica de qué problemas han tenido desde su lanzamiento:

Pero en fin, también Clarín extorsionó a anunciantes grandes -como una cadena de súper de un ex carnicero- para que no avisaran en Crítica cuando salió. También a las cadenas grandes de electros, que transforman los dos grandes diarios en catálogos de compras los sábados. 

Cierro corchetes. ]

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